¿Quién tiene un manual para educar a un adolescente? ¿Qué puedes hacer para ayudar a un joven y evitar conflictos?
En primer lugar, debes saber que cuando un adolescente no tiene un propósito, se mete en dificultades. Alguien que vaga por ahí sin hacer nada de provecho pronto creará problemas. Un adolescente si no tiene planes de futuro, si no tiene un propósito se verá metido en verdaderas dificultades.
Esto es así porque en la vida existen libertades, barreras y propósitos. Las libertades consisten en todo lo que uno puede hacer y las capacidades de uno. Las barreras son los impedimentos que uno se encuentra para lograr cosas en la vida, pero las barreras se pueden atravesar o vencer. Y los propósitos son las metas que uno quiere lograr, aquello que uno quiere conseguir que le da sentido a su vida en este momento.
Estos tres componentes de la vida son interdependientes. Esto quiere decir que, si incrementas los propósitos de un adolescente, incrementas su libertad y sus barreras. Si aumentas la libertad de un adolescente, automáticamente van a aumentar sus problemas (barreras) y sus propósitos, ya que va a querer lograr más cosas al tener más libertades o capacidades.
Así que muchas veces sucede que cuando las personas tienen más barreras, aumentas sus capacidades y se sienten más libres y tienen o les nace un mayor propósito.
Ahora bien, si un individuo no tiene propósito, está acabado. Tampoco tendrá libertad ni barreras, es decir que no tendrá juego que jugar, no tendrá nada que ganar ni que perder. No tiene propósito y entonces se vuelve más irresponsable, las barreras no funcionan en él. No respetará las normas de tráfico, por ejemplo, ni respetará las normas de sus padres, ni ninguna otra cosa. Este adolescente se vuelve más irresponsable.
Y entonces vemos a chicos que simplemente están por ahí sin hacer nada. Se quedan en bancos sin hacer nada, solo dan vueltas con el coche…y si te acercaras a ellos y les dijeras,” vamos a aprobar una ley sobre vosotros”, te dicen: “Y a mí qué” …
No pueden entrar en este juego porque les falta el propósito y los otros dos factores, las barreras y las libertades. No entran en el juego de la vida.
Uno debe asignarle un propósito a la vida, ponerle metas, objetivos, un por qué.
Así que inventa algunos “juegos”, crea “juegos” con propósitos libertades y barreras para tu hij@ adolescente y eleva estos tres vértices. Instala uno o dos de estos factores y lograrás un aumento en la capacidad de vivir para mantenerlos en marcha, motivados y productivos.
La idea de dejar al adolescente “hacer lo que le plazca”, no funciona porque no hay barreras, así que como no hay barreras tampoco es libre. Si no tiene barreras ni propósito se sentirá atrapado y será muy desdichado consigo mismo.
A la vida se le tiene que asignar un propósito. Dale un propósito a un adolescente y se sentirá más libre y feliz.