Para comprender lo que hace único a cada individuo, necesitamos entender cómo cada uno creamos nuestro propio modelo único del mundo.
No respondemos al mundo como es, respondemos a cómo lo interpretamos, a cómo es “significativo” para nosotros. Y después respondemos a lo novedoso en base a lo que ya “sabemos”. Los seres humanos necesitamos aprender cómo responder en nuestras culturas, organizaciones y familias. Este aprendizaje que realizamos todos, este construir modelos es el proceso de modelar.
Al usar el término “modelo” nos referimos a una “representación organizada y dinámica de nuestro mundo”, es decir a como nosotros vemos el mundo. Nuestro modelo no es algo separado de nuestra comprensión de nosotros mismos. Nuestra identidad es un modelo que experimentamos como nuestro “yo”.
Por ese motivo cuando nos dan un consejo desde otro “modelo del mundo”, la mayoría de las veces no podemos aplicarlo, ya que nos resulta muy difícil actuar desde otra dinámica de funcionamiento que no sea la nuestra y aunque puede ser muy útil el consejo que hemos recibido, nos encontramos con que no podemos llevarlo a la práctica y seguimos actuando, sin saber cómo cambiar, del mismo modo una y otra vez.
No somos una “tabula rasa” cuando experimentamos las situaciones. La suma total de nuestra experiencia anterior y “modelo del mundo”, nos coloca o configura para la experiencia. Esta posición a veces puede ser limitativa y/o potenciadora en los diferentes niveles de procesamiento en el Coaching.
Así que, para poder ayudar a otra persona a cambiar, debemos primero comprender su “modelo”, para poder ayudarle a encontrar sus propias soluciones, las más eficaces para esa persona específica. Y una vez entendido su modelo podemos intervenir, ayudando a realizar diferentes tipos de cambio dentro de su modelo, o lo que es mejor, ayudándole a cambiar su forma de modelar (su forma de interpretar el mundo), siempre y cuando esta sea limitativa, como podemos observar en casos de traumas, fobias, etc.
El Coaching ayuda a que las personas se conviertan en algo más de lo que piensan que pueden ser, por tanto, un buen coach no te aconsejará, sino que se adaptará al modelo del mundo del cliente de manera que este irá descubriendo y creando la manera más eficaz para deshacer sus limitaciones y llegar donde quiera.